Despedida a estadio lleno de Uruguay rumbo al mundial

La selección uruguaya derrotó 2-0 a Eslovenia en el último amistoso previo al Mundial, y se despidió de su hinchada en el Centenario. El equipo de Óscar Tabárez fue superior a su rival y se impuso con goles de Edinson Cavani y Christian Stuani

La selección uruguaya se despidió de su país con el Estadio Centenario repleto de gente que le fue a dar el último aliento antes de que el grupo viaje a Brasil para debutar en el Mundial. Y lo hizo ante un rival que se las ingenió para complicarla, como fue Eslovenia.

La Celeste comenzó jugando bien, buscando llegar al arco rival con centros de Diego Forlán que no causaban peligro. El delantero del Cerezo Osaka probó con un tiro libre de rara ejecución a los 10 minutos, que fue rechazado por el puño del arquero Handanovic. En el córner, Diego Godín intentó convertir de cabeza pero falló.

Pero la solidez de Uruguay en el arranque se fue desarmando con el trabajo táctico de los eslovenos, que siguiendo las órdenes del entrenador Katanec fueron reduciendo espacios y acercándose a Fernando Muslera. Ilicic recibió en el área chica y remató mal de derecha, desaprovechando una clara ocasión de gol, y luego Rotman sorprendió con un tiro fuerte desde lejos que tapó con gran atajada el Nene.

Eslovenia mejoró y arriesgó constantemente con remates de media distancia, mientras que la Celeste volvió a acercarse al área rival a través de Maximiliano Pereira, que desbordó por la derecha y resolvió solo la jugada, con un balón desviando en el palo para irse afuera.

Fue un aviso el del Mono, pues lo de Óscar Tabárez lograrían irse al descanso festejando: Edinson Cavani convirtió de cabeza a los 36’ y festejó con bronca. Gastón Ramírez jugó para Diego Forlán y éste habilitó al salteño, que llegaba sólo y resolvió por arriba.

Para el complemento, Óscar Tabárez decidió renovar el equipo, mandando a la cancha a Jorge Fucile, José María Giménez, Álvaro González y Christian Stuani, y sacando al Mono, a Godín, a Gargano y a Gastón Ramírez. Con ellos en cancha, se calentó el ambiente.

Es que Josema cayó en el área y Uruguay reclamó penal, pero el árbitro argentino cobró falta en el ataque. Cavani se enojó y fue a reclamarle al juez, que no dudó en repartir amarillas. Luego, cobró tiro libre para la visita por mano de Lugano, y Muslera controló bien.

La selección creció hacia la segunda mitad del segundo tiempo, porque los cambios funcionaron bien y porque la defensa se animó más al ataque. El segundo tanto lo tuvo Cáceres de cabeza y Handanovic tapó bien; y luego le quedó a Stuani, que ensayó una tijera en el área y otra vez se encontró con el guardameta.

Fue el oriundo de Tala el que encontró luego el segundo y definitivo tanto: a los 75’, después de que Cavani se enredara con el arquero rival, apareció el atacante del Espanyol para rematar y cerrar el marcador de la Copa Samsung.

Para ese entonces Palito Pereira ya había entrado por el Cebolla Rodríguez, y poco después Sebastián Coates suplantaría al lesionado José María Giménez, que activó las alarmas celestes.

Para el final y a pesar de esa noticia preocupante, todo fue fiesta, y los fuegos artificiales sirvieron para despedir a la Celeste, que volverá a la cancha el 14 de junio, cuando le toque debutar en el Mundial ante Costa Rica.

 

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