Juez procesó a 6 personas por red de prostitución internacional
Los halló culpables de trata de personas, explotación de menores de edad y proxenetismo. Reclutaban mujeres y adolescentes en Young y las llevaban a España.
Procesado por red de prostitución
El juez del Crimen Organizado, Néstor Valetti, procesó con prisión ayer miércoles, sobre las 19 horas, a seis personas como responsables de la red de prostitución internacional que desde Young llevaba contra su voluntad a mujeres, algunas menores de edad, a España.
El Magistrado le tipificó los delitos de trata de personas, explotación de menores de edad y proxenetismo. La fiscal del Crimen Organizado, Mónica Ferrero, había pedido el procesamiento con prisión de ocho personas por estos delitos.
Sergio Escobar (alias “El Zorro”) es uno de los cabecillas de la banda que contrataba prostitutas, algunas menores de edad, y las obligaba a viajar a España. Tiene antecedentes por homicidio. Su hermano, César Escobar, también tiene antecedentes penales y es el otro cabecilla de la banda ahora desarticulada.
Como indagado también está el propietario de la whiskería Las Palmeras, de Young, donde la banda reclutaba a las prostitutas y las llevaba a Punta del Este, Buenos Aires y España.
El juez Valetti comenzó con los interrogatorios ayer miércoles a la hora 9. Cuatro personas fueron liberadas. El pasado martes declararon un total de 29 personas. De ellas, 15 lo hicieron en calidad de testigos y 14 como indagados.
Al líder de la banda lo acompañaban sus cuatro hermanos: dos hombres de 50 y 35 años y dos mujeres de 33 y 32. Además había un sobrino de 22 años.
El jefe se dedicaba a reclutar las jovencitas, algunas menores de edad, y les prometía una vida a puro lujo, pero más adelante las obligaba a ejercer la prostitución. A las que consideraba más capaz las enviaba al prostíbulo “Las Palmeras” de Young, donde eran adiestradas.
Quienes se destacaban como prostitutas eran trasladadas a Maldonado y Punta del Este, y después, las más aptas, iban a España controladas por una regente. Les alquilaban un apartamento y el dinero que recibían se lo enviaban al cabecilla de la banda.
Ese trabajo le permitió al líder de la organización llevar una vida acomodada, con propiedades en diversas ciudades del interior, chacras, autos, motos y lanchas que fueron incautadas por las autoridades.
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