Enfermeros asesinos: del procesamiento a la duda de los peritos

El grupo de investigadores no halló pruebas suficientes en 14 de los 15 casos por los que fueron encarcelados Ariel Acevedo y Marcelo Pereira 

Medicación en inyectable

El grupo de peritos que analiza los casos de muertes en CTI por los que fueron procesados dos enfermeros no haya “pruebas” acerca de las muertes inducidas, y por el contrario concluye que al menos 14 de las 15 defunciones eran “totalmente esperables”.

Así lo afirma hoy un informe que publica el diario El País como corolario del procesamiento de los enfermeros Marcelo Pereira y Ariel Acevedo, quien confesaron cinco y diez muertes en su haber, respectivamente.

El único caso en el que se pudo determinar que hubo muerte inducida fue el de Gladys Lemos, precisamente el que originó toda la investigación policial y judicial que sacudió al sistema de salud. Una autopsia determinó que se había suministrado a la paciente una dosis de lidocaína, un calmante que no había sido prescrito por los médicos. Sin embargo, Pereira, el enfermero implicado en el caso, confesó haberle suministrado morfina, sustancia que no fue hallada en el cuerpo.

La investigación se abrió a partir de un testimonio de fuente anónima, cuyo origen fue de personal de la salud. Luego la determinación judicial estuvo apoyada por información entregada por compañeros de trabajo de los dos imputados.

El procesamiento de Pereira y Acevedo el 17 de marzo generó gran conmoción pública. Ambos fueron enviados a la cárcel de Juan Soler, San José.

La junta médica tiene otros 200 casos para analizar, tanto de la Asociación Española como del Hospital Maciel.

 

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