Rivera levantó el telón y brindó dos espectáculos que hace rato pedía la gente
La noche invitaba para una gran fiesta. Los personajes no fallaron y Rivera ganó sus dos primeros compromisos, en Sub 18 4 a 1 y en mayores 2 a 0.
Como le gusta a la gente de Rivera, las selecciones sub 18 y mayores le ganaron en sus primeras presentaciones a Artigas, en el estadio Atilio Paiva Olivera, por el Campeonato del Interior de Selecciones de la Organización del Fútbol del Interior. Con un golazo de Nogueira que se metió sin permiso en el arco de Jackson Pérez y en el corazón de los riverenses, Rivera superó y liquidó a Artigas en muchos lapsos con el mejor fútbol de toda la vida. Y cuando no ocurrió se irguió desde sus carencias, como lo marca su gran historia y ganó con el último suspiro.
Con un copyright exclusivo, un penal como nunca habíamos visto y que fue ejecutado entre Marcio Galli y Marcos Ramos, que no tiene parangón en el fútbol uruguayo. La respiración y los latidos del sentimiento popular se detuvieron a las 22:00 de una noche de primavera. Ideal para irse contentos para casa con dos victorias y seis goles convertidos, y un partido de fondo como hacía bastante este clásico no regalaba y el honor a salvo. Sin grandes euforias y sin grandes desazones. Pero, el eterno riverense del fútbol, siempre quiere más.
A pesar de que los puntos son un negocio redondo de local, luego de que Rivera mostró largos lapsos de superioridad, especialmente en el primer tiempo. A pesar de que el árbitro duraznense Ruben Garro, casi al final del partido, volvió súbitamente a hacer de las suyas, sacando tarjetas de todos los colores y bajando los niveles de los verdaderos protagonistas. Terminó expulsando a Marcio Galli y Elder Caprioli (en Rivera) y a Da Rosa (en Artigas), y con ello paró el vuelo a los ángulos en las áreas, agrandó al contrario y achicó a los nuestros.
A pesar de que Caprioli – Britos – Meneses – Correa Pimentel, se bancaron todo en la defensa, cuando parecía que los artiguenses venían degollando y terminaron degollados. A pesar de ser (Rivera) un mecano todavía en trabajoso proceso de armado, jugando frente a un equipo que se conoce de memoria, porque le costó horrores progresar ordenadamente en la cancha y conservar la pelota. A pesar de todo eso, Rivera – Equipo y Rivera – Pueblo creyeron al unísono y rompieron la noche con un grito infernal, nacido de las tripas y desde el fondo de la historia.