Mujica: “El bolsillo suele ser el órgano más sensible, aun en los progresistas”
El presidente relató que eligió vivir “a conciencia, de manera sobria y liviano de equipaje en las cosas materiales”. Consideró necesario “compartir lo que nos toca en suerte hoy”. Reflexionó que para muchos “el bolsillo suele ser el órgano más sensible”. Dijo que los “señores y señoras de buen pasar, que en el mundo progresista la pasan bien y jamás se acuerdan de aportar a lo social, demandan pero dan menos jugo que un cascote”.
Presidente José Mujica
El Presidente Mujica, recordó que cumplió 65 años de militancia “tras la utopía, tras el sueño de que es posible crear una igualdad básica entre los semejantes”.
Señaló que en su vida optó por “vivir a conciencia” y esta decisión lo llevó, “a ser sobrio y muy liviano de equipaje en las cosas materiales, para poder transcurrir este viaje de la vida con la mayor libertad posible. Definiendo la libertad como para tener la mayor cantidad de tiempo para dedicarlo a las cosas que nos motivan”.
Recordó que luchar también es compartir y vivir como se piensa en función y para lo que se piensa. “No alcanza para nosotros, el mundo de los programas, de los conceptos, por eso nos hemos detenido desde el principio de nuestra presencia en el Parlamento, hace muchos años levantamos con otros compañeros la imprescindible necesidad de aportes sociales con nuestro sueldo”. Señaló que se creó el denominado Fondo Raúl Sendic, “con el cometido de hacer pequeños préstamos a gente humilde que trataba de inventarse un trabajo, es decir, prestar dinero como capital de arranque para personas que perseguían un trabajo”.
“Había que pelear en lo grande, en lo que seguimos luchando, porque con gestos de un puñado no se cambia la realidad. Hay que vivir para ser progresista acorde y en la forma en la que pensamos”. También se creó un fondo social de ayuda para los compañeros que caen en problemas graves de salud. Aclaró que “con ayudas no se cambia el mundo, pero no acompañamos la prescindencia absoluta de no compartir lo que nos toca en suerte hoy”.
“Pedir o tratar de imponer costos a otros en nombre de causas solidarias, sin que pongamos lo nuestro, nunca nos pareció muy progresista o muy coherente. Para ganarnos el derecho a luchar por imponer solidaridad a otros es básico comprometernos con hechos mucho antes que con letreros”, enfatizó.
A su vez explicó que “la condición humana es variada y en el mundo progresista existe gente cuyo órgano más sensible sigue siendo el bolsillo, no es lo grave, lo grave es que suelen ser agrios en la demanda social y hasta injuriosos. Nunca pueden ayudar a nada, ni nadie en lo concreto, no comparten las vicisitudes de la gente. Es cierto que en el campo de los que reciben solidaridad hay vivos y avivados, pero esto no justifica la razón de los señores y señoras de buen pasar que en el mundo progresista la pasan bien y jamás se acuerdan de aportar a lo social, son impolutos declamatorios independientes, demandan pero dan menos jugo que un cascote”.
En el mismo sentido, indicó que “en todos los órdenes hay que luchar por el reparto, por la equidad, por atender la emergencia social, pero es necesario ser coherentes, por eso nosotros hemos practicado la dura política con varios compañeros cuando fundamos una organización de descuentos fuertes para hacer frente a esa actitud en forma disciplinaria y a lo largo de los años”.
Consideró que con estas acciones “no cambia la realidad global pero le damos sentido a nuestra lucha, compartimos en lo pequeño y hacemos algo concreto en el mismo sentido de lo que pensamos, en los grandes rumbos”. Además, indicó que “esta práctica sistemática de pequeños gestos, de despojarnos para compartir, nos llevó a ver distinto, en el fondo, las cosas del acontecer de la vida y la política en sociedad, nos hemos encontrado con lo mejor de nosotros mismos”.
Mujica sostuvo: “La condición humana suele enfermarse de la cultura de nuestro tiempo, por ello no se nos ocurre que la sociedad corriente aplique en nuestros criterios de vida, pero sí para aquellos que nos acompañan políticamente muy cerca siempre hemos exigido colaboración y compromiso directo hoy, no para la utopía inalcanzable sino para la atención social de hoy”.
Dijo que “esta necesidad de colaboración colectiva nos cobró fracturas. El bolsillo suele ser el órgano más sensible de los seres humanos, aun en el mundo de los que se denominan progresistas. En el fondo los líos arrancan en los descuentos. No somos dioses ni perfectos pero tengo que señalar que me siento enriquecido por la falange enorme de compañeros que ponen su suerte, su militancia, sus desvelos”.
Finalmente agregó que “mucho más se podría hacer si comprendiéramos que en la vida llegamos desnudos y nos vamos desnudos, si aprendiéramos que las palabras ‘compartir’ y ‘solidaridad’ son componentes determinantes para la vida humana y que no hay solidaridad mejor que aquella que está organizada y que es sistemática como la gota de agua que permanentemente cae”.
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